Aunque el frío sea bello, majestuoso y gélido, Praga sigue siendo fascinante. Cada esquina es un descubrimiento arquitectónico: un edificio estilo art nouvo, barroco, cubista o gótico se alzan ante tus ojos en una mezcla armónica. Fachadas decoradas con frescos, estucos o pinturas envueltas en tonalidades pastel hacen que te sientas parte de la ciudad. Edificios como la Casa Consistorial (centro cultural) o el Hotel Evropa de estilo art nouvo constatan que el museo salta a la calle y permanece vivo. El nuevo edificio danzante es una muestra de arquitectura moderna perfectamente adaptado al entorno. Más de 1.500 edificios han sido declarados por la UNESCO monumentos culturales.
edificio danzante
Sorprendida con la cantidad de turistas que invaden la ciudad, que aunque hayas viajado por otras ciudad como Paris, Londres, Nueva York, Roma o Estambul,… siguen siendo multitudes de personas penetrando por calles, museos y edificios públicos. Con las “hordas de turistas” hay que tener paciencia, levantarse pronto o ir a deshoras.
iglesia de San Nicolás en Mala Strana
Praga se divide básicamente en 4 zonas: castillo, malá strana (barrio chico), stare mesto (ciudad vieja), y nové mesto (ciudad nueva). Mi lugar preferido la plaza de la ciudad vieja (staromestke namasti). Edificios entre puesto formando un circulo donde en el centro se alza una torre con un reloj astrológico. Colores pastel, característicos tejados rojos y cúpulas verdes rematan la escena.
staromestke namasti
El gueto judío (Josefov), cerca de la plaza vieja, forma parte de la memoria histórica. Dibujos de los niños que iban a ser deportados a los campos de concentración, la sala de ceremonias con objetos sagrados judíos o algunas sinagogas con las paredes impregnadas de nombres de victimitas judías desaparecidas a manos de los nazis conforman el Museo Judío de Praga. Curioso el cementerio que al estar metido en medio del gueto ha tenido que ir incorporando sepulcros encima de sepulcros formado una silueta uniforme llena de apretujadas lapidas. La sinagoga española con aires moriscos es otra curiosidad, al igual que, la sinagoga vieja-nueva que para acceder hay que descender.
cementerio judío
El Castillo te impulsa hacia la edad media y forma uno de los recintos más grandes del mundo. El callejón dorado, donde el escritor checo Kafka alquilo una pequeña casita azul, la basílica de San Jorge de estilo barroco, el antiguo palacio o la imponente catedral de San Vito forman el recinto en lo alto de una cima.
catedral de San Vito
El puente Carlos permite que la ciudad permanezca unida pese al río Moldava. Dentro la universidad de Carlos se encuentra la biblioteca Strahov, una de las bibliotecas astrológicas más antiguas conservada por los jesuitas, con más de 20.000 libros, un extraordinario mirador y una de las primeras que se abrió al público.
La ciudad nueva con recuerdos de la época comunista como la plaza Wenceslao, austeras fachadas funcionalistas del Banco Nacional Checo y del Banco Comercial y edificio Melantrich (desde cuyo balcón se decreto el fin del régimen comunista en 1989).
plaza Wenceslao
La resistencia a los nazis también tuvo sus 7 héroes paracaidistas que después de asesinar a un alto mandatario se refugiaron en la cripta de la iglesia San Cirilo y San Metodio. Para que salieran los nazis intentaron inundar, gasear y tirotearon la cripta. El resultado fueron 3 muertos y los otros 4 se suicidaron antes que caer en manos enemigas.
Teatro Nacional
Para año nuevo la ciudad nos guardaba un regalo… amaneció nevando y aunque no llego a cuajar fue fantástico descubrirla blandeándose.
¡Feliz 2008! donde todo es posible y todo es una incógnita a la vez.
By: Amor Pujol, viajando
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