Algunas quedamos fascinadas por el industrial del chocolate Antonio Amatller e íbamos impregnándonos de su energía, otras disfrutábamos del entorno tan condensado de libros y muebles modernistas. No podías despistarte porque había tantas cosas que era imposible captarlo todo de una sola vez.
La chimenea era algo bestial, el lavamanos extraordinario, su oficina con una luz tenue, el olor de la casa, las paredes enmoquetadas de hilo, el parquet, los suelos mosaicos. Uff!! Una auténtica pasada!! Sólo accesible al resto de los mortales en el 2010.
Os mando unas fotos
Texto y fotos: Amor Pujol, moderadora [EO-L]
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